Los procesos son fundamentales en la gestión empresarial, ya que actúan como pilares para alcanzar la eficiencia y la optimización de recursos. Al definir, estandarizar y mejorar continuamente los flujos de trabajo, las organizaciones pueden reducir costos, minimizar errores y aumentar la productividad. Una gestión eficaz de procesos permite identificar cuellos de botella, automatizar tareas repetitivas y alinear las operaciones con los objetivos estratégicos. Además, fomenta la consistencia y la calidad en los resultados, lo que se traduce en una mayor satisfacción del cliente y una ventaja competitiva en mercados cada vez más exigentes y dinámicos.
